miércoles, 18 de enero de 2012

Hace cuatro meses me paré a pensar si de verdad había hecho lo que quería y sentía en cada momento. Llegué a la conclusión de que no era así, que la mayoría de cosas que había hecho eran por creer que serían lo más correcto, que debía de actuar de aquella manera para no hacer daño a nadie, ni a mi misma. Hasta que se llega al punto de no aguantar más, de ser feliz de una manera que no sea del gusto de los demás, ¿pero qué más da?.
Entonces, en aquel preciso momento tomé una decisión que probablemente cambiaría muchas cosas, me cambiaría. Y allí, con unas copas de más, se dio el primer paso.

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